¡Descubre el encanto del Estrecho de Cook en Nueva Zelanda!
En el rincón más encantador del Pacífico Sur, Nueva Zelanda se despierta con un secreto bien guardado: el impresionante Estrecho de Cook.
Esta maravilla natural ofrece una gran variedad de actividades y experiencias para todos los gustos y edades. Hoy exploraremos sus aguas y paisajes fascinantes para mostrarte todo lo que puedes hacer allí.
Prepara tu mochila y tus ganas de aventura, ¡porque este viaje promete ser legendario!
Historia y curiosidades sobre el estrecho de Cook
El estrecho de Cook es el brazo de mar que separa las dos islas principales de Nueva Zelanda: la Isla Norte y la Isla Sur. Tiene unos 22 kilómetros de ancho en su punto más estrecho y unos 200 kilómetros de largo.
Es conocido por sus fuertes corrientes y vientos, muy desafiantes para los navegantes. De hecho, se dice que es uno de los pasos marítimos más peligrosos del mundo.
En cuanto a su historia, es rica y fascinante. El primero en avistarlo fue el holandés Abel Tasman, en 1642. Él pensó que solo era una bahía cerrada y la llamó Zeehaen’s Bight, en honor a uno de sus barcos.
Posteriormente, el explorador inglés James Cook estableció que era un estrecho y lo bautizó con su apellido, en 1769. Cook se convirtió en el primer europeo en navegarlo.
Sin embargo, antes de él, los maoríes ya lo habían cruzado en sus canoas para colonizar la isla Sur.
El estrecho también posee un lado mágico y misterioso. Según la leyenda maorí, fue creado por Kupe, un héroe ancestral que persiguió al pulpo Te Wheke-a-Muturangi hasta matarlo con su arpón.
El pulpo se retorció tanto que formó las montañas y los valles de la isla Sur, mientras que el agua que salpicó originó las islas del estrecho.
Los naufragios son otros de los acontecimientos que marcaron a este importante canal de agua neozelandés. La Maria (1851), el San Vicente (1869), el SS Penguin (1909) y el TEV Wahine (1968) son de los barcos más famosos que se hundieron en el estrecho.
¿Qué hacer en el estrecho de Cook?
Luego de esta lección de historia de Nueva Zelanda, ¡vamos al grano! A continuación, te presentamos las actividades y lugares top del estrecho de Cook. ¡Paradas imperdibles si decides vivir en el país kiwi!
1. Observación de aves: Un desfile encantador
¡Bienvenido al paraíso alado! El estrecho de Cook es el hogar de más de 70 especies diferentes de aves marinas y terrestres. Muchas de ellas endémicas o en peligro de extinción.
Para observarlas hay dos alternativas: tomar un tour guiado en barco o en kayak, en Picton o Wellington, o visitar las islas y reservas naturales. La isla de Mana, la isla de Matiu/Somes, la isla Motuara, la isla de Kapiti o la reserva de Karori, son de las más populares.
¡Presenciarás un verdadero desfile protagonizado por albatros, petreles, pingüinos, cormoranes, kiwis, wekas y más!
2. Buceo: Descubre un submarino deslumbrante
Si te gusta el buceo, el estrecho de Cook te sorprenderá con sus fondos marinos llenos de vida y color.
Imagina nadar junto a arrecifes de coral, cuevas submarinas, naufragios históricos e infinidad de peces tropicales y subtropicales. ¡Un espectáculo que te dejará sin aliento!
Uno de los mejores lugares para bucear es el Parque Marino Taputeranga, cerca de Wellington. Este parque protege una zona de gran valor ecológico, donde confluyen tres corrientes oceánicas diferentes. ¡Verás desde caballitos de mar hasta tiburones!
Necesitarás de un certificado oficial y un equipo adecuado para realizar esta actividad. Puedes alquilarlo o contratar un servicio profesional en alguna de las escuelas o centros de buceo de la zona.
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3. Rutas de senderismo: La belleza terrestre en todo su esplendor
Este es el plan perfecto para aquellos que prefieren mantener los pies en tierra firme. Las rutas de senderismo alrededor del estrecho de Cook te llevarán a través de paisajes deslumbrantes.
Una de las más aclamadas es la Queen Charlotte Track, que recorre la costa norte de la isla sur, ofreciendo vistas grandiosas del mar y las montañas. Su longitud es de 70 kilómetros, por lo que lleva varios días hacerla. ¡Pero no te preocupes!, es posible alojarse en cabañas o campings.
Otra opción es la Rimutaka Rail Trail, que sigue el antiguo trazado del ferrocarril entre Wellington y el valle de Wairarapa. Es una ruta fácil y apta para bicicletas, que pasa por túneles, puentes y bosques.
¿Preparado para una caminata que despertará tus sentidos?
4. Crucero por el estrecho: Navega en aguas legendarias
¿Qué tal sentir la brisa marina en tu rostro mientras contemplas la belleza del estrecho en un crucero? ¡Te sentirás como en un cuento!
Existen múltiples empresas que ofrecen este servicio, con salidas desde Wellington o Picton. Durante el recorrido avistarás delfines, focas y ballenas, y aprenderás sobre la historia y la cultura del lugar.
Muchas de estas empresas incluyen también una visita a la isla Motuara, un santuario de aves lleno de especies endémicas.
Sin duda, un crucero es una forma única de experimentar la grandeza del estrecho. ¡No te arrepentirás!
5. Vuelos panorámicos: El estrecho desde lo más alto
No hay nada como un vuelo panorámico para obtener una perspectiva excepcional del estrecho de Cook.
Ya sea que elijas avioneta, helicóptero o globo aerostático, las islas, el mar y los relieves te regalarán imágenes desde lo alto que querrás grabar en tu memoria para siempre.
Las posibilidades abarcan vuelos cortos y circuitos completos con aterrizajes en puntos emblemáticos. Los precios dependen de la duración y el tipo de aeronave, pero te aseguramos que vale la pena.
6. Tour a la Reserva Natural de Kapiti: Donde la Naturaleza Canta
No te vayas sin darte un paseo por la Reserva Natural de Kapiti, una de las pocas islas libres de depredadores introducidos por el hombre.
Cuenta con una superficie de 19,65 km², en los que alberga más de 1.200 especies de plantas y más de 50 especies de aves. ¡Es todo un santuario para la vida silvestre!
Para visitarla es necesario reservar con antelación y pagar una tarifa que incluye el transporte en barco y un guía.
El tour dura unas cuatro horas y te permite recorrer los senderos de la isla, observar a los animales en su hábitat natural y conocer su historia e importancia ecológica.
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